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Entrevista a Sebastià Catllà, consejero delegado de Oliva Torras: "Trabajo, esfuerzo y sacrificio"

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Sebastià Catllà
24/04/2023

Oliva Torras es un grupo industrial metalúrgico de referencia en Cataluña Central que recientemente ha superado los 75 años de vida corporativa. Nos acercamos al centro productivo, en el camino de Rajadell, polígono del Pont Nou, donde dispone de unas instalaciones de más de 30.000 m2 de capacidad para la fabricación de productos de base metálica. Nos recibe Sebastià Catllà y Fernández, consejero delegado de la empresa, en una sala amplia y diáfana del primer piso con vistas privilegiadas del entorno. En un rincón destacan dos elementos emblemáticos de la empresa en sus primeros años de existencia: el yunque y una carretilla para distribuir piezas metálicas, que ya en aquellos años años pagaba el impuesto de circulación.

La empresa ha superado los 75 años con la implicación de tres generaciones. La sabiduría popular nos dice que "El abuelo crea la empresa, el hijo la hace crecer y el nieto la cierra".

El relevo generacional puede ser ciertamente difícil. No es nuestro caso. Estamos en la tercera generación, tenemos un proyecto de negocio claro y seguimos trabajando, creando nuevos productos, dirigiéndonos a nuevos mercados y diversificando el negocio. La clave del éxito es el buen entendimiento y el compartir unos valores. Siempre nos hemos avenido mucho, compartimos objetivos y trabajamos juntos para conseguirlos. Convivimos con armonía las dos familias: la familia Catllà y la familia Solé. Siempre hemos crecido, y la tercera generación no ha sido ninguna excepción.

¿Cómo se prevé la cuarta generación?

Por el lado Solé no se prevé continuidad. Por nuestra parte tengo un par de hijos que muestran interés en la empresa. Mi hijo mayor está terminando ingeniería industrial, ya ha hecho prácticas en la empresa, y ahora quiere realizar un máster. Nadie le ha impuesto el camino. Es él quien ha mostrado la iniciativa. El hijo pequeño está terminando el bachillerato y también muestra interés por la tecnología y la ingeniería.

¿Cómo eran el fundador, Lluís Oliva Torras, y su socio Jaume Victori Calafell?

Eran emprendedores que un verano decidieron salir de dónde trabajaban y empezar la actividad por su cuenta. Eran gente muy trabajadora que le dedicaban todas las horas que hicieran falta y más, incluidos los fines de semana. Este espíritu de lucha y no desfallecimiento ante las adversidades se ha transmitido a las siguientes generaciones. Tanto en la segunda generación, mi padre Sebastià Catllà y Francesc Solé, como también nosotros. Nos levantamos temprano y trabajamos lo necesario para salir adelante. En la empresa, como en la vida, hay momentos buenos y momentos adversos. Las dificultades y crisis que hemos tenido, como todos, se han superado con trabajo, esfuerzo y sacrificio.

Las nuevas generaciones están perdiendo estos valores.

Ellos lo tienen todo mucho más fácil. En parte, yo lo entiendo. Actualmente, con los móviles y otros aparatos, tienen la información instantánea y al momento. Los estímulos que reciben los jóvenes son continuos y buscan la inmediata gratificación. Nosotros hemos conservado la cultura del esfuerzo sostenido en el tiempo. También es muy importante mantener el buen entendimiento y la armonía entre todos. Somos una empresa familiar que ha crecido mucho y es necesario preservar la colaboración entre todos. Si alguien no comparte estos valores, sintiéndolo mucho, debe buscarse otro sitio. Por otra parte, nosotros confiamos en el talento del territorio. Tenemos personal formado en la UPC, en UManresa - FUB, también en el Centro de Formación Práctica…
 

Oliva Torras ha sabido adaptarse a entornos cambiantes y circunstancias diferentes.

Lluís Oliva y Jaume Victori eran hábiles mecánicos, muy trabajadores, que trabajaron en el mantenimiento de las fábricas textiles y la construcción de depósitos, calderas y conducciones de vapor. Manresa disponía de muchas fábricas textiles como la Araña, Fàbrica Nova, Cintas Dalmau, Cantarell y Gallifa, entre otras. La crisis de los años 70 afecta muy negativamente al textil, que era el principal motor de la industria. El sector auxiliar de la automoción toma el relevo del textil, y Oliva Torras pasa a fabricar moldes y utillaje para Pirelli. También Lemmerz nos subcontrata la fabricación de contenedores y matrices. Metalbages, Metalauto y Tecniacero se suman a la cartera de clientes. Trabajamos en la subcontratación de productos y componentes metálicos de vecinos industriales tan potentes como las multinacionales Pirelli y Lemmerz. Pero, desgraciadamente, Pirelli se deslocaliza y cierra la fábrica. Una gran pérdida para el territorio. La tercera generación asumimos el reto de modernizar la fábrica, informatizar los procesos y convertirla en un centro de ingeniería avanzado. Hemos tenido que cambiar el modelo de negocio y reorientarlo en el mercado global con la fabricación de productos propios para clientes que pueden estar a muchos kilómetros de distancia. Continuamos teniendo parte de subcontratación, pero nos hemos diversificado con líneas de producto propio. A través de diversas empresas y divisiones, el grupo está presente en sectores como la automoción, la movilidad, el juego, el transporte ferroviario y, también, la subcontratación. Al mismo tiempo, la diversificación es difícil, requiere una organización mucho más compleja y también conlleva riesgos.

No han querido especializarse exclusivamente en el sector auxiliar de automoción.

Trabajamos para este sector, sí, pero es minoritario. Además, el sector de la automoción está cambiando, al pasar del coche de combustión interna al vehículo eléctrico. El futuro no está claro, y menos en un territorio tan dependiente de este sector. El coche eléctrico puede ser parte del futuro, pero no todo el futuro. Vehículos de mayor tonelaje como los camiones, los aviones y, por supuesto, los barcos no podrán ser totalmente eléctricos y se tendrán que buscar otras alternativas. La readaptación no será fácil, pero deberá realizarse.

Es usted empresario, pero también un deportista de alto nivel.

Empecé esquiando y, posteriormente, gracias a mi padre, entré en el mundo del ciclismo. Fue el punto de partida para competir en duatlones y triatlones. Disfruto tanto en el trabajo como en el deporte.

Triatlones…

Natación, ciclismo y carrera de fondo. Mucho esfuerzo y sacrificio… El deporte para mí siempre ha sido una afición. Nunca he dejado de hacer deporte. Me gusta, disfruto y lo necesito. El deporte es una forma de aclarar la mente de las preocupaciones del día a día de la empresa, que puede llegar a ser muy intenso. Desconecto y vuelvo al trabajo con más fuerzas para superar los retos. Pero tanto en la empresa como en el deporte: trabajo, esfuerzo y sacrificio.
 

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