El 12 de diciembre se conmemora el Día Mundial de la Disfagia con el propósito de realizar una campaña mundial de concienciación, dirigida tanto a los profesionales de la salud como al público general, para aumentar el conocimiento sobre la deglución normal y sus trastornos, sus causas, detección temprana, complicaciones y posibles tratamientos. La "dificultad para tragar", conocida como disfagia, puede afectar profundamente a la calidad de vida de las personas que la padecen, convirtiéndose en un reto el hecho de poder hidratarse y alimentarse de forma segura y eficaz. La dificultad para tragar puede limitar lo que la gente puede comer y beber, provocando frustración, estrés y depresión. En ocasiones, la disfagia puede dificultar la ingesta de calorías y líquidos suficientes para nutrir el cuerpo, lo que puede provocar problemas médicos graves como la deshidratación, la desnutrición, la neumonía y la muerte (ESSD, s. f.)
El papel de los espesantes en el manejo de la disfagia orofaríngea
La deshidratación y aspiración son riesgos reales en los pacientes con disfagia a líquidos. El tratamiento de la disfagia orofaríngea incluye varias líneas de intervención, sean rehabilitadoras o compensatorias, y entre estas últimas encontramos la modificación de la viscosidad de los líquidos. Tal y como apunta Cichero (2021), el líquido es frágil cuando se transporta; cuando se impulsa con fuerza, puede desplazarse como una sola unidad, pero cuando la propulsión y la presión sobre él son insuficientes, se extiende en muchas direcciones, pudiéndose escapar de los labios, acumularse en las mejillas o desaparecer por sobre la base de la lengua y hacia la faringe a una velocidad determinada por la gravedad.
Por eso, en algunos casos, los líquidos espesados pueden ser una buena opción, ya que se mueven más lentamente y pueden dar más tiempo a la persona para realizar una correcta deglución. Si se facilita el transporte oral, quedará un residuo mínimo que requerirá menos degluciones. También, un bolo que viaje de manera eficiente a través de la faringe, reducirá el tiempo que la persona necesita contener la respiración (apnea) para proteger las vías respiratorias; al mismo tiempo, un adecuado transporte faríngeo dejará un residuo mínimo en la faringe que requiera degluciones para eliminarlo, permitiendo que se reanude la respiración sin riesgo de atraer residuos a las vías respiratorias. De esta forma, y siempre después de realizar una evaluación clínica individualizada, recurrir al uso de espesantes puede compensar las dificultades durante la ingesta de líquidos.
Sin embargo, para otros, los líquidos espesados pueden dejar más residuos, lo que dificulta y empeora la deglución. Además, el hecho de utilizar espesantes comporta muchas veces una disminución de la ingesta de agua. Esto puede deberse a tener que llevar siempre el agua preparada o el espesante para prepararla. También a que, pese a los espesantes de nueva generación, la textura viscosa del agua hace que su ingesta sea menos agradable. Además, antes de que la persona empiece a usar espesante a la hora de hidratarse, es probable que haya tenido numerosas experiencias negativas con la ingesta de líquidos (tos, atragantamientos, infecciones respiratorias...).
En cualquier caso, la disfagia es un problema frecuente y complejo, que requiere un abordaje multidisciplinar e interdisciplinario, en el que participen diferentes profesionales, como médicos, enfermeras, nutricionistas, psicólogos y logopedas, entre otros. La coordinación y comunicación entre todos es esencial para ofrecer una atención integral y de calidad a las personas con disfagia y a sus familias.
Cristina Fernández-Getino Sallés, logopeda y docente del Grado en Logopedia de UManresa - UOC y logopeda en la Clínica Universitària de UManresa
Referencias
- ESSD. (s. d.). European Society for Swallowing Disorders. https://essd.org/
- Cichero [Julie] (2021). How and why thickened liquids improve swallowing safety and swallowing efficiency. Clinical Nutrition Highlights, 11(1).
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