La interacción entre la educación empresarial y la realidad industrial se manifiesta de manera particularmente notable en la reciente experiencia conjunta entre los estudios de Empresa de UManresa y la empresa bagense Inoxforma. Esta colaboración ha proporcionado a los estudiantes de Administración y Dirección de Empresas (ADE) una oportunidad única para desarrollar proyectos que trascienden el uso original de las válvulas de acero inoxidable, destinadas inicialmente a ser descartadas. Con un trabajo serio y estructurado, los estudiantes han ideado, de manera inesperada, hasta doce proyectos que se alejan radicalmente del propósito inicial para el cual fueron diseñadas estas válvulas. De esta forma, durante seis semanas de trabajo intensivo en prototipado y modelado de negocios, seguidas de seis semanas dedicadas al aprendizaje de las habilidades personales necesarias para llevar a cabo estos proyectos, los estudiantes han vivido una inmersión completa en el ciclo de vida del emprendimiento. Este proceso les ha permitido no solo comprender los aspectos técnicos y prácticos de la creación de una empresa, sino también desarrollar competencias clave como el trabajo en equipo, la resolución de problemas, la comunicación efectiva y el liderazgo.
La culminación de esta experiencia será la defensa de los proyectos ante un tribunal formado por inversores expertos, un momento clave donde los estudiantes tendrán la oportunidad de presentar sus ideas a potenciales inversores. Esta etapa no solo representa un reto significativo para los participantes, sino que también ofrece una ventana al mundo real del emprendimiento, donde las ideas deben convencer no solo en papel sino en el potencial de convertirse en negocios viables. La aproximación de estos proyectos, generados de manera inesperada y alejados de la aplicación original de las válvulas, refleja una comprensión profunda de cómo la creatividad y la innovación pueden ser aplicadas para encontrar nuevas oportunidades de negocio en los lugares más inesperados.
La participación de Elvira García, directora general de la empresa, como figura clave, destaca la relevancia de los modelos de rol en la educación y el desarrollo profesional. Su trayectoria como líder femenina en un sector predominantemente masculino ofrece una visión valiosa sobre los desafíos y las estrategias de éxito en el mundo empresarial, una temática explorada por Rosabeth Moss Kanter en su análisis sobre los roles de género dentro de las organizaciones. Sin duda, muchas estudiantes han encontrado un modelo de referencia excelente en la figura de Elvira García, a quien hay que agradecer la total disposición en el proyecto. Estoy seguro de que muchas jóvenes se sentirán alentadas a seguir sus mismos pasos.
La ubicación de esta colaboración en la Cataluña Central también merece una reflexión. Nuestra región, caracterizada por su tamaño moderado y un tejido empresarial accesible, proporciona un contexto propicio para la sinergia entre entidades académicas y empresas. Esta proximidad puede facilitar la creación de valor compartido, un concepto que Michael Porter y Mark Kramer han identificado como clave para el desarrollo empresarial sostenible y que deberíamos tener muy presente para que iniciativas como esta no sean extraordinarias sino la manera de proceder habitual. Tenemos un tesoro que hay que preservar y desarrollar.
En definitiva, en una sola experiencia se han tratado de manera relevante conceptos clave como la creatividad acotada, la creación de proyectos alternativos, las habilidades emprendedoras o la concreción y aterrizaje de propuestas empresariales, pero de paso y de manera muy significativa se ha conectado al estudiantado con la economía circular, el papel de la mujer empresaria en entornos técnicos (que también se incentiva desde el Tecnolab en edades tempranas en colaboración con el Colegio de Ingenieros Graduados y de Ingenieros Técnicos Industriales de Cataluña Central) y sobre todo se ha contribuido a fortalecer las relaciones entre jóvenes universitarios y el empresariado de nuestra casa. Una casa nuestra, que por cierto, tiene las condiciones ideales para que experiencias tan redondas como estas rueden por todas partes. Como las válvulas que ahora ya son 12 proyectos muy diferentes.
Marc Bernadich Màrquez, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de Manresa
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