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HISTORIA | Joan Santaló, graduado en Fisioteràpia

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18/04/2022

La rehabilitación de mi rodilla, tras una lesión en los ligamientos cruzados, fue muy dura, pero tuve la suerte de contar con el apoyo de un gran profesional de la fisioterapia, Cristian. Entonces, yo estudiaba bachillerato. Fue durante aquellos meses, largos e intensos, que decidí que quería ser fisioterapeuta.

Cuando llegó el momento, me preinscribí para estudiar Fisioterapia en una universidad pública, cerca de mi casa, en Barcelona, y me concentré en preparar la selectividad. El día de las pruebas estaba muy nervioso y el examen me fue fatal. Unos días más tarde, sabía que, por pocas décimas, mi objetivo quedaba fuera de mi alcance. Empecé a buscar alternativas. Descartados los centros públicos, miré qué me ofrecían los privados. Los precios de las matrículas eran bastante más altos, lejos de lo que podía pagar. Y, además, estaban fuera de Barcelona. No me podía creer que tuviera tan mala suerte.

Estaba a punto de renunciar a mi sueño cuando, dos días antes que se acabara el plazo, navegando por Internet, encontré la página de UManresa. Impartían el grado en Fisioterapia y disponían de becas de colaboración para los alumnos con buen expediente académico. Decidí probar. Mi suerte cambió: me admitieron y me concedieron una beca de colaboración UManresa que, además, era compatible con las del Ministerio.

Hoy, la beca de colaboración me permite disfrutar de una buena formación, con un profesorado muy competente y próximo, en grupos reducidos y con unas instalaciones muy bien equipadas. Pocos centros cuentan con una clínica universitaria como la de UManresa. También me ha dado una nueva perspectiva de la universidad. Como becario, he participado en ferias, he acompañado a profesores a dar charlas en los institutos y he echado una mano en diferentes departamentos.

Por otro lado, he descubierto que Manresa no es tan lejos de Barcelona, sobre todo cuando puedes hacer el viaje acompañado de buenos amigos con quien compartes tu deseo de convertirte en un buen fisioterapeuta. Los trayectos en tren son una buena manera de reforzar nuestra amistad y una ocasión excelente para hacer planes de futuro. También en el terreno profesional.

Ahora, estoy a punto de acabar tercero y me siento orgulloso de lo que he conseguido. A veces, pienso que esto de la suerte es curioso: lo que de entrada parece una desgracia, puede acabar siendo una oportunidad de oro. Como la lesión de los ligamientos, que me hizo descubrir la fisioterapia; o el mal día que tuve en la selectividad, que me obligó a considerar alternativas y me llevó a UManresa.

 

 

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