Pasar al contenido principal

Noticias

Imagen

Una persona teletreballant durant la pandèmia

El confinamiento ha afectado negativamente los hábitos de sueño y la actividad física y laboral según los resultados preliminares del estudio PSY-COVID

Hasta el día 21 de mayo, 5.073 personas de España habían participado en el estudio internacional PSY-COVID para evaluar el efecto de la COVID-19 en el comportamiento humano. Un análisis estadístico preliminar de estas primeras 5.000 encuestas de la muestra española constata que el confinamiento ha afectado negativamente tanto los hábitos de sueño como la actividad física y la actividad laboral. El estudio internacional, en el que ha participado el Grupo de Investigación en Epidemiología y Salud Pública de UManresa (GRESP), ha sido liderado por el Grupo de Investigación en Estrés y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona y ha implicado a más de 60 investigadores de 25 universidades y agencias de salud pública de 15 países de Europa y América. El objetivo del estudio es generar una base de datos abierta para analizar con una métrica común los efectos psicológicos de las medidas de restricción de movilidad adoptadas en distintos países para controlar el contagio de la COVID-19. La encuesta se llevó a cabo durante la segunda quincena de mayo.

Mientras que la actividad física, la actividad laboral y los hábitos de sueño se han visto afectados negativamente, los encuestados han asegurado que la relación con amigos, familiares y vecinos, la alimentación y los ingresos económicos se han mantenido en la misma situación. El análisis de los cambios conductuales también concluye que ha habido una ligera mejora en relación con los pasatiempos. Un 30 % de los encuestados aseguran que la actividad física ha empeorado mucho y un 35 % dicen que ha empeorado. En cuanto al sueño, un 37 % afirma que ha empeorado y, en relación con los pasatiempos, un 42 % asegura que han mejorado.

La encuesta también hacía referencia a la adaptación a las limitaciones de movilidad. Los datos constatan una buena adaptación a las medidas restrictivas en un 46,9 % de los casos. Además, un 44,9 % aseguran que podrían aguantar en esta situación algunas semanas más y un 30,4 % incluso afirman que estarían dispuestos a permanecer así algunos meses más.

Uno de los aspectos que quería analizar el estudio era cómo había afectado el confinamiento a las personas desde el punto de vista de la salud psicológica. En este sentido, los datos preliminares muestran que un 37,5 % de los participantes en la encuesta presentan posibles síntomas depresivos y que un 36,9 % más podrían haber experimentado síntomas de ansiedad. En cuanto a la resiliencia, los datos la cuantifican como moderadamente alta, con un 54,5 % que la califican como normal y un 42,9 % como alta.

Diferencias según el género

El análisis comparativo de los datos ha evidenciado diferencias en la manera en que hombres y mujeres han vivido esta situación. En cuanto a los cambios de conducta, las mujeres manifiestan un mayor empeoramiento de los hábitos de sueño y de alimentación, mientras que los hombres han visto empeorar la actividad física y las relaciones personales. En lo que respecta a la adaptación a la situación de confinamiento, las mujeres han tenido la percepción de que el tiempo pasaba más rápido, aunque son los hombres quienes aseguran que podrían soportar durante más tiempo las medidas restrictivas. Finalmente, en cuanto a problemas de depresión y ansiedad, son las mujeres quienes tienden a presentar más signos de una posible sintomatología.

Diferencias en función de la edad

Los datos preliminares también muestran diferencias en función de la edad de las personas que han respondido a la encuesta. Así, en cuanto a las conductas, se demuestra que cuanto mayores son las personas, más han empeorado los hábitos de práctica de actividad física. En cambio, los hábitos relacionados con el sueño, los ingresos económicos y la actividad laboral empeoran a medida que disminuye la edad. También se constata que cuanto más jóvenes son los encuestados, más se ha deteriorado la relación con los vecinos y más han mejorado la práctica de pasatiempos y la relación entre amigos y conocidos. Las personas más jóvenes que han participado en la encuesta también son quienes han percibido el paso del tiempo más rápido durante el confinamiento, pero, en cambio, son las personas de más edad las que se han adaptado mejor a todos los cambios derivados de las restricciones. Finalmente, en relación con las consecuencias psicológicas del confinamiento, las personas más jóvenes han presentado más sintomatología depresiva y ansiosa y, al mismo tiempo, más resiliencia, que aumenta a medida que disminuye la edad

Comparte en las redes:

Contáctanos

Si tienes alguna pregunta, nosotros tenemos la respuesta

Contacto