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La placa dissenyada pel grup de recerca MECAMAT

La UVic-UCC mide la calidad del aire en sus instalaciones para evitar contagios y mejorar la salud de la comunidad

La correcta ventilación de los espacios cerrados es una medida efectiva para disminuir el riesgo de contagio de enfermedades que se transmiten por el aire, y una preocupación para empresas e instituciones que ha ido en aumento desde la llegada de la pandemia de la covid-19. Con la voluntad de garantizar el bienestar de las personas y al mismo tiempo hacer pedagogía de la importancia de la calidad del aire que se respira, sobre todo en el interior de los edificios, los campus Vic y Manresa de la Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC) han puesto en marcha un proyecto de monitorización del aire en sus edificios y espacios.

Esta iniciativa, la impulsó originariamente el Área de Infraestructuras y Servicios Generales de la Universidad a raíz de la aparición de la Covid-19, y a su desarrollo se han sumado la Oficina Técnica de Investigación y Transferencia de Conocimiento (OTRI) y el grupo de investigación en
Mecatrónica y Modelización Aplicada a la Tecnología de Materiales (MECAMAT). “Lo que pretendemos es explicar y hacer entender lo importante que es que el aire mantenga unos buenos niveles de calidad para contribuir a la salud y al bienestar de las personas, pero hacerlo teniendo unos datos empíricos que nos permitan evidenciar si los diferentes espacios están bien ventilados, y cuándo y cómo es necesario airearlos”, explica Arnau Bardolet, director del Área de Infraestructuras y Servicios Generales. Marc Serra, responsable de Valorización y Transferencia del Conocimiento de la OTRI del Campus Vic señala en cuanto a iniciativa que: “se trata de una apuesta por la transferencia de conocimiento interna de la UVic-UCC, reinvirtiendo el conocimiento generado en la universidad para hacer frente a retos propios".

Diversos indicadores

El proyecto implica medir de manera regular y hacer accesibles a la comunidad varios indicadores, como la humedad relativa, la temperatura ambiente y el nivel de dióxido de carbono (CO₂) de cada espacio. Este último dato permitirá que tanto estudiantes como personas trabajadoras de la Universidad "puedan saber cuáles son las condiciones ambientales del lugar donde se encuentran y, por tanto, puedan aplicar medidas correctoras en los espacios que lo requieran", dice Bardolet.

Para el director, aunque la Covid-19 fue la detonante de la puesta en marcha del proyecto, la voluntad es que éste se mantenga en el tiempo: “una mala calidad del aire no quiere decir que tenga que haber contagios de cóvid-19”, explica. Y añade: "hay que ventilar los espacios para mejorar ciertos aspectos de salud".

Una monitorización accesible y flexible

De momento, en la primera fase del proyecto, el Campus Vic ya cuenta con un medidor permanente de la calidad del aire, ubicado en el edificio Torre dels Frares. Pero de forma progresiva se irán instalando otros en distintos puntos de control de varios edificios de los campus Vic y Manresa.

Las estaciones permanentes están diseñadas por el grupo de investigación MECAMAT, que las ha creado con la flexibilidad en mente: “gracias a su diseño más adelante, si las circunstancias lo permiten y lo solicitan, habrá la posibilidad de ampliarlas con otros aparatos medidores para el control de un mayor número de factores ambientales”, explica Moisès Garín, investigador del MECAMAT.

Estas estaciones estarán conectadas a la red y recolectarán los datos en un servidor. “Hemos diseñado la electrónica para que haga de interfaz en los sensores y envíe la información a los servidores, desde donde se podrá consultar”, comenta Garín. Además, se reciben notificaciones cuando un espacio supera los 800 ppm (se considera que el umbral de entre 800 y 1.000 ppm son valores de calidad del aire correctos, pero empezar a tomar medidas correctivas de ventilación). Estas medidas consisten en abrir puertas y ventanas para facilitar la ventilación cruzada.

Actualmente, y con el objetivo de mejorar la ventilación, se han tomado nuevas medidas en cuanto a infraestructura, como la apertura cada mañana de las ventanas de las aulas, el aumento del período de activación del sistema de ventilación forzada y la instalación de rejas en las claraboyas para poder dejar pasar el aire del exterior.

La iniciativa para mejorar y monitorizar la calidad del aire refuerza la apuesta que la UVic-UCC tiene hacia los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la Agenda 2030 y se adscribe dentro del ODS 3, de salud y bienestar, para garantizar una vida sana y promover el bienestar para todas las personas en todas las edades.


 

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