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Las canciones infantiles. Más que una herramienta pedagógica

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Cantarelles infantils
27/10/2025

Las canciones infantiles. Más que una herramienta pedagógica

Las canciones infantiles incluyen una tipología muy diversa de recursos que nos han llegado a través de la literatura oral a lo largo del tiempo: canciones de cuna, canciones de regazo, juegos de dedos y manos, canciones para saltar, juegos disparatados, canciones para elegir…

“La luna, la pruna”, “Arri, arri tatanet”, “En Jan petit” o “Somos los bomberos”… tienen en común un vocabulario rico y preciso, a menudo rimado, dicho o cantado con un ritmo repetitivo y muchas veces acompañado de una melodía que nos evoca tiempos lejanos. Muchas generaciones de madres, padres, abuelos, abuelas, maestros… las han ido transmitiendo con la voz, el gesto y la mirada a los niños de nuestra tierra.

El valor pedagógico

Son la primera puerta a muchas experiencias. Mientras se cantan —o se dicen, o se juega con ellas…— se aprenden un montón de cosas:

  • lengua (prosodia, vocabulario, rimas, juego lingüístico…)
  • conciencia del propio cuerpo y dominio motriz (dedos, manos, pies, equilibrio…)
  • entorno (yo y el otro, personas, objetos, animales, oficios, el tiempo, el ciclo del año…)
  • música (voz, melodía, ritmo, silencio…)

Y también son una buena manera de aprender:

  • a hablar y a escuchar
  • a esperar y a respetar
  • a moverse y a estar quieto
  • a disfrutar del placer de jugar, cantar, saltar, pasarlo bien
  • a sentirse querido y a querer
  • a cambiar, inventar, crear

Lo más curioso de todo es que el niño aprende todo esto sin ser consciente de ello. Tal como afirma Maria Antònia Pujol:

Todo este cúmulo de saberes se transmite de tú a tú, con la mirada, con la caricia, con el calor de la mano, con la compañía. No hace falta explicar nada, la sencilla presencia del sonido de la persona adulta da calma y tranquilidad a los pequeños y les ofrece un entorno de aprendizaje sin proponernos que aprendan [1]

La transmisión cultural

Todas estas canciones nos recuerdan que formamos parte de una larga tradición cultural que debemos conocer y amar. Contienen un montón de sabiduría, una lengua, unos valores, una manera de vivir que nos recuerda de dónde venimos y nos hace crecer. Vanessa Amat dice: “Los niños tienen el derecho de recibir esta herencia cultural, y el cumplimiento de este derecho solo es posible si los adultos que los rodean valoran esta sabiduría popular y la hacen vivir” [2]. Es, por tanto, un reto que nos interpela. ¿Cómo podemos responder?

El vínculo afectivo

Desde casa. Recuperando —o aprendiendo— una parte de este bagaje y viviéndolo en familia, que es donde fue creado. Cantémosles canciones de cuna, hagamos que disfruten de los juegos de regazo, enseñemos a nuestros niños tirallongas divertidas… Busquemos los momentos de complicidad que nos las harán vivir. Es un recuerdo que tendrán para siempre. Aún recuerdo a mi madre haciéndome el ralet, ralet cuando apenas hablaba…

Desde la escuela. De los 0 a los 6 años es un momento clave para el desarrollo del niño y hay que aprovecharlo. Las canciones infantiles son una herramienta excelente para que el niño crezca de manera integral y lo haga, además, de una forma placentera, atractiva, afectiva. Como dice Montse Peláez: “También es responsabilidad nuestra [de los docentes] formarnos en este campo, como lo hacemos en otras áreas del conocimiento.” [3] Ya hemos visto cuántas capacidades se trabajan con estos recursos tradicionales. Ahora nos toca integrarlos de una manera vivencial en el aula. Como dice Miqui Giménez —autor del libro ¡Cántame una, cántame dos! que hemos presentado hace poco en esta universidad—: “La transmisión no será efectiva si las personas que tenemos cerca no están en disposición de recibirla” [4]. Dicho con un juego de palabras: para que sea efectiva, debe vivirse de una manera afectiva.

En resumen, pues, cantemos, acariciemos, saltemos, riamos… ¡Y todo eso que tendremos. Para siempre!

 

August Garcia i Orii
maestro, músico y filólogo. Miembro de la comisión del
Centro de Documentación en Literatura Infantil y Juvenil Josep Maria Aloy

 

[1] En el prólogo de Giménez, M. (2025). ¡Cántame una! ¡Cántame dos!: Canciones populares y tradicionales para niños y niñas de 0 a 6 años. (1ª ed.). Babulinka Libros. p. 10.

[2] Ibídem, p. 9.

[3] Peláez, M. (2023). Pongamos hilo a la poesía. Revista Infancia, núm. 252, mayo-junio, pp. 27-30.

[4] En el prólogo de GIMÉNEZ, M. (2025). ¡Cántame una! ¡Cántame dos… p. 6.

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