La Clínica Odontológica Universitaria es una realidad. Con equipamientos de última generación, está preparada para ofrecer desde tratamientos sencillos, como limpiezas y empastes, hasta procedimientos complejos como implantes, regeneraciones óseas o grandes rehabilitaciones. Un espacio pensado para cuidar la salud bucodental de los pacientes y, al mismo tiempo, formar a los futuros odontólogos.
Dudas habituales: ¿seremos conejillos de Indias?
Cuando sabemos que quien nos atenderá es un estudiante, aparece cierta desconfianza: ¿y si no tiene suficiente experiencia? Es fácil pensar que nos convertiremos en conejillos de Indias. Nada más lejos de la realidad: la seguridad del paciente está siempre garantizada.
Aprender odontología es como aprender a conducir
Piensa en el carné de conducir. Conducir un coche no es sencillo ni está exento de riesgo. Por eso nadie empieza a 120 km/h por una autopista el primer día. Primero está la teoría, después las prácticas en circuitos sencillos, siempre con un instructor al lado. A medida que el alumno gana confianza y habilidades, aumenta la dificultad hasta estar preparado para conducir en cualquier situación.
Con los estudiantes de Odontología ocurre lo mismo. Los tres primeros años del grado se centran en teoría y prácticas sobre modelos y maniquíes. Solo quienes aprueban todas las asignaturas y superan pruebas de competencia pueden pasar al cuarto curso y empezar a atender a pacientes reales.
Prácticas progresivas y supervisadas
En la clínica, cada tratamiento se asigna según el nivel de capacitación del estudiante:
- Los procedimientos más simples, a estudiantes de cuarto curso
- Los más complejos, a estudiantes de quinto curso
- Los de máxima dificultad, a estudiantes de máster o directamente a profesionales
En todo momento hay profesores expertos al lado, que supervisan, corrigen y, si es necesario, intervienen.
Cuándo intervienen los profesionales
En los casos que superan el nivel del alumnado, son los propios odontólogos de la clínica —profesionales en activo y docentes— quienes asumen el tratamiento. Esto garantiza que cada paciente reciba la atención adecuada a sus necesidades.
Seguridad y confianza garantizadas
El sistema funciona como una autoescuela: formación previa, supervisión constante y progresión adaptada al nivel del alumno. Así, el riesgo es mínimo y la calidad del tratamiento, óptima.
En la Clínica Odontológica Universitaria, formamos a los profesionales del futuro mientras garantizamos la seguridad de los pacientes hoy. Puedes venir con total tranquilidad: estás en las mejores manos.
Oriol Bataller, responsable de la Clínica Odontológica Universitaria