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La inteligencia artificial en medicina de urgencias y emergencias: oportunidades, retos y el papel insustituible de los profesionales

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intel·ligencia artificial en medicina d'urgències
26/05/2025

La revolución de la IA en el ámbito de urgencias y emergencias

En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha ido ganando presencia relevante en diversos ámbitos de la medicina, y el campo de la medicina de urgencias y emergencias (MUE) no es una excepción. Esta rama de la salud, caracterizada por la atención inmediata, la presión constante y la necesidad de tomar decisiones críticas, puede beneficiarse enormemente de las capacidades de análisis, predicción y apoyo que ofrecen los sistemas de IA. No obstante, esta revolución tecnológica también plantea interrogantes éticos, operativos y humanos, y nos obliga a repensar el papel que seguirán desempeñando los profesionales sanitarios en este nuevo escenario.

Se reconoce que las oportunidades que ofrece la inteligencia artificial en la MUE contemplan un amplio abanico de mejoras que incluyen ámbitos como el diagnóstico rápido y automatizado, especialmente en diagnóstico por imagen y electrocardiografía; la mejora del triaje basada en algoritmos entrenados con grandes volúmenes de datos; la predicción del deterioro clínico mediante el registro y análisis continuo de parámetros que permiten la detección precoz del deterioro activando medidas preventivas y, también, la optimización logística de la gestión de camas, ambulancias y equipos que favorecen una distribución eficiente de los recursos.

Retos, riesgos y dilemas éticos en la implementación de la inteligencia artificial

Por otro lado, hay retos y limitaciones que deben tenerse en cuenta. Pueden existir sesgos y errores en bases de datos previas que contengan sesgos raciales, de género o socioeconómicos. Además, el uso de datos sensibles en tiempo real puede afectar a la privacidad y seguridad, lo que requiere la exigencia de medidas de protección y cumplimiento normativo.

Asimismo, existe el riesgo de una dependencia tecnológica excesiva que afecte la capacidad y el juicio clínico, así como una menor práctica del pensamiento crítico, especialmente en situaciones no previstas por los algoritmos. Finalmente, también hay que tener en cuenta que pueden existir reticencias a la incorporación de la IA por desconocimiento, por miedo a perder autonomía o puestos de trabajo, o por la percepción de que el factor humano se verá reducido.

El valor insustituible de los profesionales sanitarios

En este contexto, el papel de los profesionales seguirá siendo esencial, no solo en lo que respecta al acto asistencial en sí, sino en muchos otros ámbitos. La atención de urgencias a menudo implica situaciones complicadas, pacientes con cuadros complejos y la necesidad de tomar decisiones en segundos. La empatía, la intuición clínica y la capacidad de improvisación no pueden ser reemplazadas por ningún algoritmo.

Es fundamental que los profesionales asuman un papel clave en el control y supervisión de la inteligencia artificial, para lo cual deben formarse en competencias digitales, entender cómo funcionan los sistemas de IA, saber interpretar sus recomendaciones y detectar posibles errores. Esto refuerza aún más la necesidad de mantener y aplicar el pensamiento crítico. La relación con el paciente, especialmente en estos momentos en los que el apoyo emocional y la comunicación clara pueden marcar la diferencia, no puede ser sustituida por la inteligencia artificial. Además, los profesionales deben participar en el diseño y validación de los sistemas, aportando conocimiento clínico y las necesidades reales del entorno asistencial.

Hacia una colaboración efectiva entre inteligencia artificial y experiencia humana

Debe tenerse presente que el futuro de la medicina de urgencias no es una dicotomía entre humanos y máquinas, sino una colaboración en la que la tecnología refuerza —y no sustituye— la experiencia humana. La tecnología puede automatizar tareas, pero la capacidad de pensar, priorizar, acompañar y decidir seguirá siendo humana.

El trabajo en urgencias es altamente contextual, emocional y complejo: la IA puede ser una herramienta de apoyo, pero no el cerebro ni el corazón del sistema. Por tanto, es clave aprovechar la oportunidad que ofrece la IA en la mejora de la eficiencia, precisión y seguridad asistencial, pero solo si se integra con una visión ética, criterio clínico y respeto por el valor del trabajo humano.

 

Fermí Roqueta - Coordinador del Máster en Emergencias Extrahospitalarias de la Escuela de Posgrado en Salud del campus Manresa de la UVic-UCC

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