La violencia machista constituye una grave vulneración de los derechos humanos y representa un problema de salud pública con consecuencias importantes para la salud física, mental y social de las mujeres y de sus hijos e hijas. El Parlamento de Cataluña, mediante la Ley 5/2008, del derecho de las mujeres a erradicar la violencia machista, establece un marco jurídico para la prevención, la detección y la atención de este fenómeno, y reconoce el derecho de las mujeres a ser protegidas y atendidas en todos los ámbitos, incluido el sistema sanitario.
En este contexto, las enfermeras y matronas, como profesionales de referencia en el seguimiento del embarazo, se convierten en agentes clave en la detección precoz y el abordaje de situaciones de violencia. En el año 2010, el Departamento de Salud publicó el Protocolo para el abordaje de la violencia machista en el ámbito de la salud en Cataluña: documento operativo de embarazo, y desde el año 2018, el Protocolo de seguimiento del embarazo en Cataluña incorpora de manera sistemática el cribado universal de la violencia machista en todas las mujeres gestantes.
Prevalencia e impacto de la violencia durante el embarazo
Diversos estudios internacionales han evidenciado que la violencia puede iniciarse o intensificarse durante el embarazo. La prevalencia estimada oscila entre el 0,9% y el 20,2%, según los estudios y contextos analizados (Johnson, 2003; RCM, 2009). Esta violencia puede manifestarse en forma física, psicológica o sexual, y tiene repercusiones graves tanto para la madre como para el feto.
Efectos sobre la madre
- Retraso en el inicio del control prenatal
- Trastornos emocionales como ansiedad y depresión
- Infecciones genitales y recurrencia de enfermedades crónicas
- Conductas de riesgo como el consumo de tabaco, alcohol u otras sustancias
Efectos sobre la gestación y el parto
- Aborto espontáneo
- Rotura prematura de membranas
- Parto prematuro
- Desprendimiento prematuro de placenta
- Mayor probabilidad de cesárea
Efectos sobre el feto y el recién nacido
- Bajo peso al nacer
- Lesiones físicas
- Riesgo de muerte fetal
Estos resultados ponen de manifiesto que la violencia machista durante la gestación puede tener una morbilidad y mortalidad igual o superior a otras patologías obstétricas prevalentes, como la diabetes gestacional o la preeclampsia, y por tanto requiere una atención específica y prioritaria en el ámbito sanitario.
El cribado universal y el rol profesional
El cribado universal se realiza mediante el Cuestionario de Cribado para la Violencia de Pareja (PVS), una herramienta validada que consta de tres preguntas breves y que debe aplicarse al menos una vez por trimestre, así como durante el posparto. Este procedimiento debe llevarse a cabo con criterios de intimidad, respeto y confidencialidad, generando un entorno seguro para la mujer y adaptándose al momento asistencial y a su situación personal.
Los profesionales, y especialmente las enfermeras obstétricas y matronas, deben saber identificar signos indirectos de violencia, desarrollar habilidades comunicativas y de detección, y establecer vínculos de confianza. La intervención no finaliza con la detección, sino que implica una valoración del riesgo, según el Protocolo RVD-BCN 2011, y una actuación coordinada con servicios sociales, jurídicos y de salud mental.
La importancia de un abordaje integrado
El abordaje de la violencia machista en mujeres embarazadas requiere una actuación interdisciplinaria y una formación específica del personal sanitario, para garantizar una respuesta eficaz y respetuosa. Cada territorio debe disponer de circuitos definidos para la coordinación y derivación, tal como establece el Protocolo para el abordaje de la violencia machista en el ámbito de la salud.
Las consultas de embarazo y posparto constituyen, por tanto, una oportunidad privilegiada para la detección precoz, y las enfermeras y matronas tienen un papel estratégico e insustituible. Su labor no solo incide en la salud de la mujer, sino también en la del bebé y en la prevención de la transmisión intergeneracional de la violencia.
Esther Romero y Marta Jimenez, comadronas y docentes del grado en Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud de Manresa
Bibliografía
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