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Enfermería oncológica, esencial en la cura del enfermo de cáncer

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Una infermera atenent un pacient
13/09/2023

La Sociedad Española de Enfermería Oncológica (SEEO, 2020) afirma que el panorama social del cáncer está cambiando y requiere estrategias de cuidado y modelos de organización más avanzados. Los avances en las estrategias de tratamiento, más agresivas y multimodales, conllevan efectos secundarios que a veces son peores o iguales que la enfermedad. El progreso en el abordaje de esta enfermedad, que es crónica con fases agudas y períodos críticos, es responsable del cambio en el papel de la enfermería oncológica, que desempeña un papel esencial en el cuidado del paciente con cáncer (Smith et al., 2006).

En la actualidad, y desde la década de 1980, la atención de enfermería oncológica requiere una alta especialización y se considera una práctica avanzada a nivel internacional. Además de la formación reglada, esencial en un plan regulado y estandarizado, los graduados en enfermería cuentan con formación específica al finalizar los estudios generales, como posgrados, másteres y/o doctorados, y con el apoyo de sociedades científicas nacionales, como la Sociedad Española de Enfermería Oncológica (SEEO), o internacionales, como la Sociedad Europea de Enfermería Oncológica (EONS), que contribuyen al peso específico del papel de la enfermería oncológica (Montealegre Sanz, 2020). De hecho, debido a su complejidad, en varias ocasiones se ha propuesto como una nueva especialidad de enfermería (Ranchal et al., 2015).

La práctica de la enfermería oncológica se define, según la SEEO, como la "prestación de servicios de enfermería profesionales y competentes al individuo, la familia o la comunidad a lo largo del continuo salud-enfermedad, desde la prevención del cáncer hasta el cuidado del paciente terminal" (SEEO, 2020). La enfermera oncológica desempeña funciones de asistencia, educación, gestión, investigación y coordinación dentro de un equipo multidisciplinario, con el objetivo de mejorar los objetivos terapéuticos. Son identificados como los profesionales más cercanos y su atención se considera integral, ya que responde a las necesidades de la persona y su entorno. Estas necesidades individuales pueden ser muy diferentes, dependiendo de las características personales (edad, sexo, movilidad, situación sociofamiliar, creencias, etc.) y de las características del tipo de tumor, estadio, tratamiento previo y tratamiento actual (Reñones Crego et al., 2016).

Comunicación, empatía y honestidad

Los enfermeros tienen un papel esencial en el cuidado del paciente oncológico durante todo su proceso asistencial, desde la consulta específica en consultorios externos, pasando por el día del tratamiento en el hospital de día hasta el período de ingreso en una unidad de hospitalización y/o en su domicilio. La prevención de complicaciones (como los efectos secundarios) y los aspectos psicosociales del individuo y su familia serían elementos prioritarios, pero no únicos, en los que la enfermería oncológica trabaja (SEEO, 2020). Los enfermeros deben desarrollar un dominio de la comunicación, capacidad de empatía, honestidad y coherencia, no emitir juicios de valores y ser capaces de transmitir esperanza. Las atenciones realizadas deben ser de calidad (SEEO, 2020), continuas y personalizadas con el objetivo de afrontar adecuadamente el diagnóstico, prevenir complicaciones, gestionar la autocura, minimizar la toxicidad de los diferentes tratamientos y detectar señales de alarma (Esfahani et al., 2020).

La consulta específica de enfermería oncológica es una pieza clave en todo el proceso, de hecho, es la que presenta una mayor carga asistencial. Es en esta consulta donde el personal de enfermería debe ser capaz de orientar a la persona a lo largo de todo el proceso asistencial, garantizando su calidad de vida y su continuidad (Vila et al., 2017). El programa debe incluir tres principios básicos, como la prevención, la promoción y la educación sanitaria, y debe ser capaz de colocar a la persona en el centro del proceso, durante el cual todos los profesionales de la salud velarán por una atención de calidad. La continuidad en el proceso asistencial no recae únicamente en la consulta, sino que el personal de enfermería realiza un seguimiento telefónico para garantizar la continuidad de los cuidados, prever e intervenir en los problemas de salud relacionados con los posibles efectos secundarios derivados de los tratamientos, mejorar la percepción de la calidad de los cuidados y lograr una mayor adherencia al tratamiento (Montealegre Sanz, 2020).

Dra. Cristina Garcia-Salido, profesora del Grado en Enfermería de la Facultad de Ciencies de la Salud de Manresa
 

Bibliografía

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