La salud mental de los estudiantes universitarios es peor que la de sus profesores
Un estudio que analizó la salud mental de 449 estudiantes y docentes universitarios de España, Alemania y la República Checa ha constatado que la salud mental del alumnado de ciencias de la salud es peor que la de sus profesores. El resultado de este estudio, Understanding the Mental Health of Students and Professors within Universities: a Cross-sectional, Multicultural Analysis across Three European Countries, se ha publicado recientemente en la revista Investigación y Educación en Enfermería. Se trata de un trabajo liderado como investigadora principal por la docente del grado en Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud de Manresa, Cristina García Salido, y en el que también han participado los docentes de UManresa Estel·la Ramírez Baraldés y Daniel Garcia Gutiérrez, además de Felix Miedaner y Martina Hasseler de la Ostfalia University of Applied Sciences y Andrea Hlubučková de la Czech University of Life Sciences Prague.
El estudio, realizado dos años después de la pandemia de COVID-19, tenía como objetivo analizar la salud mental de estudiantes y profesores universitarios, y constató una creciente preocupación por los niveles de ansiedad, depresión y estrés dentro de la comunidad académica. En el caso del alumnado, más del 60 % afirmó haber experimentado altos niveles de ansiedad. La presión académica, la incertidumbre sobre el futuro laboral y el aislamiento social eran los principales desencadenantes de esta ansiedad. En cuanto al profesorado, más del 40 % afirmó haber sufrido síntomas de agotamiento (burnout), derivados de la sobrecarga laboral, la falta de reconocimiento institucional y el desafío que supone encontrar el equilibrio entre las responsabilidades docentes, investigadoras y personales.
Diferencias entre países
El estudio encontró diferencias significativas según el rol profesional y el país. El alumnado mostró mayores niveles de tristeza-depresión (3,8 vs. 2,4), ansiedad (4,6 vs. 2,9) e ira-hostilidad (3,4 vs. 2,5) que el profesorado. Por su parte, el personal docente reportó un mayor nivel de felicidad (6,7 vs. 5,4).
En cuanto a las diferencias por país, los datos constatan que docentes y estudiantes españoles presentaban niveles significativamente más altos de tristeza-depresión y ansiedad que los alemanes y checos. Por ejemplo, el alumnado español fue el más afectado emocionalmente, mientras que el alemán mostró menores niveles de ansiedad, pero también menor felicidad. En cambio, el alumnado checo presentó niveles emocionales intermedios. Estas diferencias podrían explicarse por factores socioculturales y contextuales que inciden en el bienestar emocional.
Como conclusión, el estudio destaca la necesidad urgente de impulsar estrategias diferenciadas de apoyo psicosocial en las universidades, adaptadas a cada rol y a cada país, con el objetivo de fortalecer la salud mental en el ámbito académico y fomentar entornos educativos emocionalmente saludables. En este sentido, el trabajo ha constatado la percepción, tanto del alumnado como del profesorado, de que existen carencias en los recursos adecuados para el manejo de la salud mental en sus instituciones, así como una estigmatización de las personas que buscan ayuda psicológica. Por ello, el estudio subraya la importancia de implementar políticas institucionales centradas en la prevención y el acceso a servicios de apoyo emocional.
Finalmente, los autores del estudio defienden que la mejora de la salud mental en el ámbito universitario requiere un enfoque integral que incluya intervenciones organizacionales, sensibilización y la creación de espacios seguros para la expresión emocional.